Demian
Demian es con claridad, lo que en la historia de la literatura se denomina un Bildungsroman, una novela de formación, y ello porque su cometido es la narrada evolución espiritual de un adolescente recorriendo y atravesando los difíciles años de su crecimiento.
La novela está escrita en primera persona y el "yo" narrador es el del protagonista, Emil Sinclair, que se detiene en los pormenores del relato de su propia juventud. La cuestión de la polaridad, se hará presente desde el comienzo. Así, Sinclair, aun siendo meramente un niño, afirmará haber vivido como en dos mundos separados. Con opuestas visiones de la vida que dilaceraban su alma. Por un lado estaba el mundo luminoso y claro del bien, y por el otro sentía vivir la oscuridad y el mal. Su anhelada pretensión era la de marchar de continuo cumpliendo con una vida ejemplar, signada por las ejemplares y transparentes imágenes de sus padres, pero no podía dejar de sentir el agitamiento de inclinaciones que lo apartaban de ese cosmos empujándolo a lo que, tal vez exageradamente, sentía como "perdición". Esa atracción hacia lo tenebroso, tal vez haya sido responsable de su acercamiento, hacia los diez años, a un muchacho llamado Kromer. Un jovenzuelo, más o menos como él en términos cronológicos, malvado, prepotente y algo "sádico" que busca someterlo bajo su voluntad. Sinclair se ve obligado a tener que soportar repetidos y atroces episodios de violencia moral y atropellos.
De naturaleza blanda y tímida el protagonista da a entender que su alma se hubiese corrompido para siempre si no hubiese llegado, aportado por la mano del destino, el más que inteligente, profundo y enigmático Demian, un compañero de escuela, que con su fuerza interior, su madurez, su firme apostura que lo hace aparecer como joven mayor, lo libera de inmediato del nefasto influjo de Kromer. El perverso y prepotente sometedor, tomará buena cuenta de la personalidad de hierro de Demian, y no habrá de molestarlo a Sinclair nunca más. Y es a partir de ese momento, en que sellada esta amistad con el amigo juvenil pero maduro a la vez, Sinclair inicia el camino del descubrimiento de un costado nuevo y algo misterioso de la vida, sobrecargado de nuevos símbolos, fascinante y terrible al mismo tiempo. Poco a poco, Emil se irá adentrando en el alma, en la vida, en la familia (sobre todo en la mágica figura de la madre, Eva, su ideal femenino en visiones y en la realidad).
El final de la obra es, sin duda, la explicación que el autor quizo dar sobre el “yo” propio desde un comienzo. El sabe que a pesar de separarse de ese mitico personaje, Emil encontrará siempre en su interior todo lo que Demian significó para èl, y lo acompañará durante toda su vida.
Tratamiento del tiempo:
La acción transcurre de forma cronológica. Dentro de la propia historia, que ya de por si es un flash-back porque se nos relatan los acontecimientos rescatándolos de los recuerdos del protagonista y narrador, hayamos constantes referencias al pasado, es decir, flash-backs más breves que aparecen en la memoria del narrador mientras nos está relatando los hechos.
La historia es relatada de forma totalmente lineal y consta de planteamiento, nudo y desenlace. El ritmo narrativo es más lento en la etapa adolescente del protagonista que en la infancia, pero en general, no es demasiado lento sino de una velocidad media. La obra es narrada de forma bastante completa por las descripciones, pero sobretodo, por la explicación de diversos hechos. No se observan saltos temporales ni tiempos vacíos. La mayoría de verbos están utilizados en pasado ya que son recuerdos de Sinclair.
Los acontecimientos se sitúan durante la primera etapa del Siglo XX, más o menos veinte años antes del inicio de la Primera Guerra Mundial porque la historia narra la vida del personaje principal desde su infancia hasta que este entra en la universidad, justo antes del inicio de la guerra.
Espacio o lugar:
La acción sucede en varias poblaciones debido a los cambios de residencia que realiza el protagonista para cursar sus estudios.
No obstante, no se especifican ni el nombre de las ciudades ni del país donde Sinclair va residiendo. Además, también, el protagonista, realiza viajes por Europa buscando a Frau Eva.
La infancia del protagonista transcurre en su ciudad natal, más tarde sus padres lo internan en un instituto de otra ciudad, y sus estudios universitarios los realiza también en otra población. Finalmente, cuando se alista en el frente durante la guerra también aparecen otros espacios
sin concretar.
Hesse no nos hace una descripción de espacios demasiado exhaustiva, es más, normalmente se nombra la posición de los personajes para situarlos pero casi nunca se describe el lugar o lo que les rodea, simplemente se dice si el personaje está en una casa, en una taberna, en clase. Las descripciones de personas y objetos, como por ejemplo los retratos que pinta Sinclair o el escudo del pájaro, son más usuales en la obra.
Personajes:
Sinclair: Personaje principal, protagonista y redondo.
Al inicio de la historia es un niño de diez años que vive
en su hogar familiar con sus hermanas mayores y sus padres.
Físicamente, y conforme pasan los años, nos es descrito
como un adolescente de complexión débil: delgado y alto.
Max Demian: Personaje principal y redondo. Max Demian es un
chico un año mayor que el protagonista conoce en la
escuela. Maduro, educado, e inteligente, Demian llama
enseguida la atención de Sinclair por su sorprenderte
seguridad y la sensación de parecer un adulto que
trasmite.
Alfons Beck: personaje secundario y plano. Compañero, más
mayor, del instituto internado en el que el protagonista
estudiaba. Lo introduce en el mundo de las juergas
nocturnas, las tabernas y la bebida. Simpático, irónico y
de actitud paternalista con el resto de compañeros, Alfons
era considerado un líder en el instituto, respetado y
admirado por sus hazañas escolares.
Beatrice: Personaje secundario y plano. Muchacha que
Sinclair se encuentra un día en el parque y por la cual se
siente atraído. Alta, delgada, elegante y con el rostro
inteligente y masculino cautiva al protagonista. Enseguida
este empezó a fantasear y como desconocía su nombre le puso
el de Beatrice.
Franz Kromer: Personaje secundario y plano. Era el enemigo
de la infancia de Sinclair. De personalidad fuerte,
dominante y mal educado era hijo de un bebedor y toda su
familia gozaba de mala fama; estaba dentro del “mundo no
permitido” y se dedicaba a hacer travesuras.
Era unos años más mayor que Sinclair y de aspecto fuerte,
brutal y hostil. Su comportamiento era malo y en sus
chantajes le reclamaba dinero a Sinclair. Su presencia y
sus actos casi extorsionadores intimidaban y atormentaban
al personaje principal.
Su registro lingüístico es un más bajo que el de la mayoría
de personajes acentuando así su mala imagen.
Pistorius: Personaje secundario y redondo. Músico de
iglesia que Sinclair conoce mientras estudia en el
instituto internado. Es fundamental en el aprendizaje
teológico del protagonista ya que le ayuda a conocer más
sobre Abraxas y le expone sus teorías respecto a los temas
que a Sinclair le interesan.
Frau Eva: Personaje secundario y plano. Es la madre de Demian.
Amable, educada e inteligente como su hijo, tenía unos
rasgos bellos pero extrañamente intemporales y una mirada
atrayente y segura, unos ojos negros y profundos, boca
fresca y madura, frente despejada y figura esbelta, llevaba
en la frente también el estigma de los marcados.
No se menciona ninguna ocupación laboral porque es una
señora adinerada.
Síntesis de la historia:
Sincalir es un niño de diez años de clase media que vive junto a sus dos hermanas y sus padres una infancia plácida, con una buena educación escolar y religiosa. Un buen día, un niño más mayor, llamado Franz Kromer, y que pertenece al mundo “malo” se acerca al protagonista que pertenece, según su propia división del mundo basada en la consideración que tiene la sociedad de lo moral y religiosamente correcto, al mundo “bueno”. Por una mentira infantil y fanfarrona, Franz Kromer empieza a chantajear a Sincalir amenazándolo con contar su secreto.
El protagonista vive, durante las extorsiones de Kromer, unos días de fuerte angustia por los remordimientos por mentir a sus padres y el miedo a que la verdad se descubra. Llega a pensar que el mal vive dentro de él y que está condenado a pertenecer, ya para siempre, al mundo no permitido, a lo prohibido.
Con la llegada de un muchacho un poco más mayor, llamado Max Demian, todo cambia. Al principio y sin saber porque, Sinclair se siente fuertemente intrigado y atraido hacía este misterioso y callado compañero hijo de una viuda rica.
Empiezan a entablar conversación y Demian, sin que se descubra como, consigue que Franz Kromer deje de molestar a Sinclair. Pronto se hacen amigos, y Demian empieza a explicarle curiosas interpretaciones, de entre otras cosas episodios bíblicos, que escandalizan al protagonista, aunque que en el fondo le atraen.
Cuando ya su amistad era fuerte, mantenían largas conversaciones, y Max Demian le explicaba como conseguía dominar a las personas con el influjo de su mirada o como podía adivinar lo que otros pensaban. Después de la confirmación de ambos, los padres deciden que Sinclair, que ya había dejado de ser un niño, se vaya a un instituto internado.
Allí los primeros meses fueron difíciles. El protagonista se sentía solo y sus padres lo habían llevado al internado para lograr enderezar el camino de su hijo, que al contrario que la mayoría, había elegido buscarse a sí mismo y forjar su propio camino, alejado de las costumbres generales.
Pronto, ahogado por la soledad y sin recibir respuesta a las cartas que le enviaba Demian, conoció a Alfons Beck, un chico más mayor, de dieciocho años, que le descubrió el mundo del alcohol y las tabernas. Su vida se convirtió en una juerga continua, dejo de lado los estudios, empezó a fumar, a endeudarse. Hasta que empezó a recibir amenazas de su padre y de los profesores: debía cambiar.
Una tarde, encontró a una muchacha que lo encandiló. Sin conocerla, empezó a venerarla y más tarde la intentó pintar, la llamó Beatrice. Con la ayuda de las fantasías que le provocaba la joven, poco a poco, se dio cuenta que lo que buscaba su alma no lo hallaba en la bebida. Dejo de beber y empezó a volcarse con los estudios y la pintura, aunque seguía sintiéndose solo.
A menudo pensaba en Demian, recordaba sus conversaciones, sobretodo la teoría que contaba que había un dios que reunía el mal y el bien en una sola figura, que nadie era ni bueno ni malvado del todo y que, por tanto, debía de existir un dios para ambas cosas. Tenía a menudo sueños en los que veía, por ejemplo, un pájaro saliendo del cascarón, el mismo pájaro que estaba representado en el escudo de su casa y sobre el cual Demian, anteriormente había mostrado interés. Dibujó el pájaro de su sueño y se lo mandó a su amigo sin saber si tendría respuesta. La respuesta llegó. Era una nota en la cual su viejo amigo hablaba de un dios desconocido para Sinclair, Abraxas.
Más tarde encontró un amigo, Pistorius, organista de una iglesia hijo de un sacerdote que había abandonado sus estudios de teología y que le explicó muchas cosas sobre Abraxas. Sin saber muy bien porque, Sinclair, rompió su amistad con Pistorius que había sido casi un maestro para él. Junto a él había encontrado gran parte de su propio camino, su religión.
Seguía teniendo sueños extraños, con una mujer, mujer que le atraía y a la que decidió buscar el verano que acabó el instituto. Fue de vacaciones a su ciudad natal y vio a sus padres; sin
embargo, decidió iniciar un viaje por Europa en busca de la mujer de sus sueños por la que se sentía atraído y a su amigo Demian. Pero no los encontró. Se matriculó en la universidad de otra ciudad y allí, una noche mientras paseaba, se reencontró con Demian y este, tras hablar un rato con Sinclair, le invitó a que un día pasase por su casa a visitarlo a él y a su madre que quería conocerlo.
El protagonista, halló en la madre de Demian a la mujer que aparecía en sus sueños y encontró muchas cosas más. Encontró su camino definitivo, el camino de los marcados. Los marcados eran personas que se resistían a seguir el camino común de la sociedad e intentaban encontrase a si mismos y para así forjar su camino, otro estilo de vida alejado al convencional. En casa de Demian, Sinclair, era como uno más de la familia, participaba con el resto de personas que buscaban otro camino.
Era realmente feliz, junto a Frau Eva, madre de Demian. Había encontrado a una mujer a la que amaba profundamente y ahora estaba cerca de su amigo y de gente que buscaban, como él, su forma de vivir, su religión.
No obstante, algo malo iba a pasar. Todos, los marcados, estaban convencidos que el mundo no podía seguir así, y que algo malo se avecinaba y ellos eran los elegidos para formar, en el futuro, una sociedad mejor.
Era cierto, después de varios sueños premonitorios, Demian advirtió a Sinclair que una guerra iba a estallar: la primera guerra mundial. Todo se precipitó, Demian se fue al frente y Sinclair tuvo que despedirse de su amada Frau Eva, con la que no había tenido tiempo de empezar un posible romance que ambos deseaban, para irse también al frente.
Después de una batalla se despertó en un lugar, al que se había sentido atraído como otras veces por Demian, tumbado en el suelo. Al lado suyo otro herido yacía, era Demian, que poco después murió. Sinclair había perdido a un amigo, a un guía que le había ayudado a encontrar su verdadero camino.
Biografía del autor:
HERMANN HESSE
(1877-1962)
Novelista y poeta alemán, nacionalizado suizo, que por sus ideas irracionalistas y místicas anticipó en muchos aspectos las vanguardias europeas. A su muerte, se convirtió en una figura de culto en el mundo occidental.
Hesse nació el 2 de julio de 1877 en Calw, Alemania. Como su padre había sido misionero, ingresó en un seminario, pero abandonó los estudios teológicos y empezó a trabajar primero como mecánico y luego como librero, por lo que puede decirse que fue un autodidacta. Esta etapa de rebeldía contra la educación formal la expresó en la novela Bajo las ruedas (1906). A partir de su trabajo en la librería, se dedicó al periodismo por libre, lo que le inspiró su primera novela, Peter Camenzind (1904), la historia de un escritor bohemio que rechaza la sociedad y acaba llevando una existencia de vagabundo.
Durante la I Guerra Mundial, Hesse, que era pacifista, se trasladó a Montagnola, Suiza; se hizo ciudadano suizo en 1923. La desesperanza y la desilusión que le produjeron la guerra y una serie de desgracias personales, así como su búsqueda de una espiritualidad universal que diera respuestas, para él satisfactorias, de la existencia humana, se convirtieron en el tema principal de su posterior obra novelística.
Sus escritos se fueron enfocando hacia nuevos objetivos espirituales y valores que sustituyeran a los tradicionales, que ya no le eran válidos. En la novela Demian (1919), se percibe la clara influencia de la obra del psiquiatra suizo Carl Jung, al que Hesse descubrió en el curso de su propio, aunque breve, psicoanálisis. El tratamiento que el libro da a la dualidad simbólica entre Demian, el personaje soñado, y su homólogo en la vida real, Sinclair, despertó un enorme interés entre los intelectuales europeos coetáneos.
Hesse, que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1946, murió el 9 de agosto de 1962 en Suiza.
Franco Precelle
Ezequiel Nuñez
jueves, 26 de noviembre de 2009
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